Zyanya Arellano (Ciudad de México,1996) es una artista en constante exploración de los espacios que la rodean, utiliza su práctica artística como excusa para evidenciar la relevancia de las experiencias íntimas en el habitar cotidiano. A través de sus proyectos construye narrativas autoficcionadas que abordan situaciones presentes en la relación entre el espacio y el cuerpo femenino: la vulnerabilidad, la culpa, el deseo y la violencia son temas recurrentes en su obra.

Realizó sus estudios en la Facultad de Artes y Diseño, UNAM, participó en el Study Abroad Program de la Universidad de California, Irvine (2019). Ha colaborado en múltiples exhibiciones colectivas, entre las que destacan The 15th Annual Juried Undergraduate Exhibition, UCI Art Gallery(2019), Autoconstrucción-Detritus: un proyecto de Abraham Cruzvillegas (2018) y el Molcajete Perdido, Biquini Wax EPS (2018). Actualmente trabaja en su proyecto de titulación con el historiador Daniel Montero y forma parte del Taller de Patafísica Excéntrica dirigido por Daniel Aguilar Ruvalcaba.
Zyanya Arellano
Los trabajos de Zyanya en estas pestañas
Instagram - zyanur4
En la pestaña "Ojo"
Reflexiones sobre el "espacio" (basadas en experiencias reales), 2019-2020, comic digital.
En la pestaña "Ceja"
tarjetas y playlist del proyecto BED, adaptación digital de arte-objeto, 2020, cama de juguete, serie de tarjetas y playlist.
Me acuerdo ver la tercera y cuarta página del comic "Reflexiones sobre el "espacio"" en Instagram y emocionarme mucho por sentir algún tipo de afinidad con la manera en la cual se está pensando la habitación propia. De hecho casi toda la última década me la pasé escuchando entre hipótesis del mercado de cómo el adulto joven latinoamericano promedio no podrá poseer un terreno privado y las mismas dinámicas de la propiedad privada han cambiado para convertirnos en una sociedad de la renta o el alquiler. Además de esto, en Lima muchos padres construyen un piso más en sus casas con el sueño que eventualmente puedan vivir en estas extensiones de sus terrenos. Y cada vez más se convierte un privilegio económico y social contar con un espacio propio para la definición del yo. En este contexto, el espacio y momento intimo creado cuando operas tu dispositivo conectado al Wi-Fi te permite hacer este ejercicio de reinvención constante y renegociación de identidad. Y así se convierte también en un espacio que necesita ser contemplado desde distintas disciplinas.

Cuando ya tuve la oportunidad de ver el proyecto "BED" sentí efectivamente esta urgencia por transformar el playlist personal en un espacio de reflexión también, una extensión del espacio privado pero con un filo duro público ya que este rastro del orden y selección del playlist queda disponible en redes abiertas como YouTube o Spotify. El mismo trabajo si bien insiste en ser objeto, entiende que deviene de una serie de ocurrencias y navegaciones en el internet a través del streaming de música, los chats y la filtración (hasta a veces dependencia) del mundo digital en la construcción del deseo. Al ver "BED" me acuerdo que lo primero que hice fue hacer de cada canción en el playlist una pestaña en mi navegador para así pensar específicamente como me hacía sentir cada canción en relación a los dibujos, espero que tengan el tiempo de hacer esto en la pestaña "CEJA".